CARTA ABIERTA
A LOS REPRESENTANTES DEL PUEBLO ARGENTINO Y DE LAS PROVINCIAS ARGENTINASDEL HONORABLE CONGRESO DE LA NACIONDesde la Provincia de Mendoza, en nuestra condición de AMPARISTAS c/el Poder EjecutivoNacional en contra de la derogación de la Ley Nº 26.737 del Régimen de Protección al DominioNacional sobre la Propiedad, Posesión o Tenencia de las Tierras Rurales, ocasionada por elantijurídico Decreto de Necesidad y Urgencia DNU 70/2023 (Amparo Ambiental con pedido deMedida Precautoria Cautelar FMZ 323/2024), les remitimos esta carta abierta como un mediopara que ustedes decidan un mejor proceder, y con su voto defiendan los intereses vitales de laNación Argentina.La comunmente conocida como Ley de Tierras, entre otras particularidades prohíbe la comprapor parte de extranjeros en la zona de Frontera o en terrenos que sean ribereños o contengancuerpos de agua de envergadura y permanentes, estableciendo a través de un Registro Nacionalconocer en manos de quien, cuánto y dónde se encuentra cada fracción de tierra argentina.Estas limitaciones fundadas en criterios geopolíticos y geoestratégicos, han servido para resolverel acuciante problema que nos aquejaba ante una sostenida y creciente pérdida de dominio delsuelo en manos extranjeras, resguardando así los intereses vitales de la Nación Argentina. Seevitó por ejemplo la réplica de casos judicializables como el del patagónico Lago Escondido, bienrepresentado su nombre por el dificultoso acceso libre a sus costas. Esta situación de públicoconocimiento, ahora con la vigencia del DNU 70/2023 estaría en condiciones de multiplicarsehasta situaciones nuevas inimaginables (o no tanto).Según bien expresara el papa Francisco, en el mundo en que vivimos
“parece
que siempreprevalecen las leyes del más astuto y del más
fuerte”,
y lo vemos en las confrontaciones militaresque se propagan y escalan en la Tierra, así como también se expande la pugna perpetua por losrecursos naturales. Hay quienes a boca suelta expresan que tendrán estos preciados recursospor las buenas o por las malas también, inventando conflictos bélicos por doquier.A nadie escapa que Argentina en su enorme extensión, geo y biodiversidad y por su ubicación,es uno de los países con mayores riquezas estratégicas para el mundo que viene, lo que nos daun enorme potencial para el desarrollo, así como nos expone a peligros inciertos si no sabemosanticipar las tormentas. También padecemos odiosamente una parte de nuestro territorio en elAtlántico Sur ocupado por los ingleses que provoca un sostenido reclamo histórico además dedolorosos recuerdos, y que nos hace predecir un futuro sumamente incierto, que puede atraerincluso conflictos a nuestra tierra hoy en paz.Sabemos los argentinos -y deben actuar en consecuencia los REPRESENTANTES DEL PUEBLO YDE LAS PROVINCIAS-, que todo el Atlántico Sur y muy especialmente la Antártida son esperablespuntos de colisión de grandes intereses en la lucha política internacional. Esto sucede mientrasatravesamos la transición hacia un nuevo orden internacional con su consecuente redefiniciónde los límites interestatales.¿Serán los representantes del pueblo, de nuestro propio pueblo, los que a través de laderogación de la Ley de Tierras debiliten irremediablemente el posicionamiento geoestratégiconacional?Hoy mientras atravesamos uno de los capítulos más oscuros de la humanidad en medio-oriente,estamos obligados a mirar que existe un concreto antecedente histórico moderno en el que laadquisición de tierras por medio de contratos entre privados antecedió y sirvió al controlpolítico-militar del territorio en pugna, tal como fue la adquisición de tierras en Palestina a fines

del siglo XIX y comienzos del XX, en gran parte para inversiones vitivinícolas y de otras variantes,que sirvieron para la posterior creación del Estado de Israel en 1948, y desde allí un conflictocreciente y cada vez más doloroso para los pueblo involucrados y vergonzoso para la humanidadtoda.No hay país en el mundo que libere alegremente el dominio y venta de sus tierras a cualquierasólo porque venga con dinero ni siquiera ante acuciantes problemas económicos, pues pierdetoda independencia de planificación inclusive contra el hambre y la pobreza entregando susbienes naturales y recursos estratégicos al desmanejo, descontrol y saqueo, para satisfacerintereses que no son los propios.Nuestra Ley de Tierras no estatiza la tierra ni pretende hacerlo, simplemente la protege de unaextranjerización sin límites, resguardando a la patria de lo que pone en riesgo su continuidadhistórica en el tiempo y en el espacio, y evitando un posible camino hacia la disolución nacional,como ya ha sucedido y hoy vemos en diferentes partes del globo.Es imperioso que los legisladores comprendan esto ahora. El Congreso Nacional no debe aprobarla derogación de la Ley de Tierras pues debilitaría aún más el ya frágil poder nacional,exponiendo al país a grandes peligros como la pérdida de la independencia, la soberanía y laintegridad territorial.Hay cosas que no se negocian, o se defienden con honor o se traicionan con infamia.Por ello, Señores Legisladores, sabemos bien los argentinos que LA PATRIA NO SE VENDE, LAPATRIA SE DEFIENDE.Hoy está en sus manos defender la Ley de Tierras, y con ella sus fronteras, nuestra Patagoniay Antártida, las preciadas y codiciadas cordilleras y tierras ricas en minerales estratégicos,glaciares y fuentes de agua dulce, y muy especialmente también las pampas de donde nace elalimento proteico que el mundo reclama a gritos desesperados ante una población mundialcreciente en escenarios de cambios climáticos.No defrauden al pueblo argentino, fueron democráticamente elegidos. Se lo pedimos losargentinos todos, ejerzan su cargo con responsabilidad y honor. Por todos nosotros habitantesdel suelo argentino, por nuestros hijos, nuestros nietos y por las futuras generaciones de nuestropueblo.
FUNDACION PEDEMONTE
Personería Jurídica 1450/011
Mendoza- Argentina

