Nuestra América se caracteriza por una historia en común. Fue poblada en una relativa soledad por 30.000 años para recién en los últimos 500 recibir a migrantes de otros continentes, principalmente europeos y africanos.
Estos últimos siglos determinaron un nuevo, diferente y dramático proceso de intercambio y mestizaje. La historia oficial ha instalado el mito de la supuesta ascendencia europea y nos fue tornando difuso reconocernos en nuestra propia y diversa riqueza fundacional.